Andoni Gago, campeón de España del pluma: «Me haría muchísima ilusión pelear por un título europeo o internacional»

Andoni Gago y Andoni Amaña posan tras un combate. Dos campeones y tres décadas.

TEXTO Y FOTOS: Iñaki Mendizabal

Casi restablecido de las heridas derivadas de su última defensa del título estatal del pluma (y ya van dos), Andoni Gago solo piensa en la melodía de la vieja canción: ‘y volver, volver…’

Tras haber disfrutado de su familia durante unos días, el púgil de Otxarkoaga repasa los últimos acontecimientos de su vida y afronta el futuro centrándose en el presente: “Yo solo pienso en el próximo entrenamiento, me preocupo de prepararme y, luego, que venga lo que sea. Yo estoy preparado para lo que me digan Txutxi y Celaya, pero sí, me haría mucha ilusión pelear por un título europeo o internacional”.

Supongo que habrá tenido tiempo de repasar lo acontecido en La Casilla, el 19 de junio.

Sí, he vuelto a ver el combate. Lo afrontamos muy a nuestro estilo, pero añadimos un ‘plus’. Mi hermano Juanal me advirtió sobre un detalle: cada vez que Sergio Romero tiraba la izquierda, se quedaba, metía todo el peso ahí y no se retiraba; así que trabajamos durante ocho semanas en base a eso, para luego poder doblarle con la izquierda. Fue un trabajo concienzudo y ha dado resultado.

Se dice fácil.

Al final, son cuatro cosas las que tienes que hacer, pero no siempre resulta fácil. Nosotros teníamos claro lo de la izquierda y lo de agobiarle, para no dejarle pensar. Estamos escuchando que los de EuskoBox no boxeamos y ese tipo de cosas, y lo que pido es un poco de respeto. Primero, porque creo que sí boxeamos, aunque nuestro estilo sea rocoso y duro, de ir siempre ‘a fuego’, pero hay que tener en cuenta todo lo que entrenamos, todo lo que hay detrás de un combate de este tipo. Se trata de acostumbrar al cuerpo a hacer cosas de un modo mecánico, y para eso hay que ensayarlo cientos de veces. Nuestra vida es muy sacrificada.

Fuera de Bilbao las apuestas apenas se acordaban de usted…

Supongo que ahora se habrán dado cuenta de que no va a ser tan fácil quitarme el cinturón.

A pesar de tener la ceja partida, le vimos bien al final del décimo. Incluso fue a saludar a su rival, que estaba en la enfermería.

Fue curioso, porque acabé mejor que otras veces, aunque con los bíceps doloridos, cosa que no me había pasado nunca. Aún me duele el bíceps derecho. En Basurto (Hospital) me dieron un punto en el párpado izquierdo y cinco en la ceja derecha; pregunté por Romero y me dijeron que lo de la mandíbula no era grave, así que me tranquilicé. Es un ‘tio’ majo y agradable.

Tuvo un detalle inmenso, que he visto en contadas ocasiones: tras diez asaltos duros, tras ser noqueado en el último, cogió el micrófono y dio las gracias a la afición de Bilbao, que te animó a ti, no a él. Es algo que pocas veces se ve…

Sí, la verdad es que se portó, hay que tener coraje para eso. No sé si yo lo habría hecho (risas). Dice mucho de él.

¿Crees que el árbitro tenía que haber parado la pelea?

Esa es una decisión complicada y lo entiendo. Siempre hay golpes comprometidos, sangre, etc… Pero decidir parar una pelea es duro. Además, Celaya me cuidó y supo atajar la herida y el brote de sangre. Pude boxear bien, aunque estuve algo perdido durante dos asaltos. No veía bien de un ojo y del otro tampoco, porque me entró el sudor, mezclado con vaselina.

Pero encontró la manera de rehacerse.

Sí, tenía claro lo que tenía que hacer, pero en el octavo asalto noté que no pegaba. Conectaba los golpes, pero me temblaban los bíceps, algo que no me había pasado nunca. Por suerte, él estaba muy cansado y pude noquearle en el último. Fue un buen colofón para una pelea intensa.

¿Ha sido su defensa más dura?

Diría que sufrí más contra Marc Vidal, en 2014.

¿Ha cambiado su vida desde que es campeón de España?

Para nada. Hago lo mismo que antes, soy el mismo de siempre. El único cambio es que en Otxarkoaga ‘flipan’ conmigo, me dicen que mis combates les recuerdan las películas de Stallone, las de Rocky, que eran como batallas épicas.

¿Es consciente del momento que está viviendo usted y el boxeo vasco en general?

Sí, hemos conseguido algo grande, las cosas se están haciendo bien en EuskoBox y ahora tenemos que disfrutar de todo esto.

Nos hizo gracia algo que comentó usted en el vestuario, minutos después de ganar su tercer cinturón. Dijo con sorna que la gente, al felicitarle, le daba golpes en la cabeza… ¿Eso le incomoda?

(Risas) Imagínate. Diez asaltos sin perdonarnos nada y luego la gente te salta encima y te da manotazos en la cabeza. Además, hay quien te los da con ganas, supongo que por la excitación del momento. Preferiría que me abrazaran, pero bueno, es lo que hay… (más risas)

Son muestras de cariño.

Sin duda, la gente está a tope conmigo y estoy muy agradecido con eso. Sobre todo con el barrio, que me apoya a muerte.

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