Jon Fernández, subcampeón de España junior: «Me siento más cómodo en neoprofesional que en olímpico»

Jon Fernández, 17 años, subcampeón de España junior en los 64 kilos, se venda las manos para empezar a conversar con el saco durante un entrenamiento

La mañana cruje bajo una luz limpia y ligera. Sacos mudos cuelgan del techo como reos ajusticiados y se balancean empujados por corrientes de aire invisibles. Poco a poco, el silencio se va quebrando y de la nada surgen figuras delgadas, habitantes del gimnasio que toman posiciones y bailan solitarios la danza del cuerpo y del espíritu. Jon Fernández (1995, Bilbao) es el último en salir. Mira de reojo cómo entrenan los veteranos, Kerman, Haritz, Larri y Rubén, sonríe con disimulo y se aprieta unas vendas amarillas que le protegen los nudillos. Coge la comba. No parece cansado. Acaba de llegar de Béjar, donde se ha proclamado subcampeón de España junior. La plata le sienta bien.

Campeón de Bizkaia, campeón de Euskadi y ahora subcampeón de España. Todo en menos de dos meses. ¿Cómo lo lleva?

Estoy contento. El torneo ha sido duro pero creo que he estado a buen nivel.

Empezó nervioso.

Si, el primer combate fue contra Murcia y me notaba tenso, pero ganamos. El segundo nos tocó contra Castilla-León y su representante era uno de los favoritos. Era técnico, de brazos largos, pero también le derroté, y lo hice boxeando igual que él. Al final resultó más fácil de lo previsto. La semifinal, contra Murcia, también fue una pequeña sorpresa, porque el rival pequeba fuerte, golpes abiertos y duros, pero en el segundo asalto le hicieron la cuenta y se acabó. La final fue distinta.

Johan Orozco es muy bueno.

Es un boxeador olímpico y lo demostró en todo momento. Es zurdo, muy rápido. El primer asalto decidimos boxearle en la distancia, pero al ver que no resultaba fuimos a por todas. Ahí mismo me hicieron dos cuentas y el árbitro paró la pelea.

¿Hubo KO?

No, me dio con la derecha, fue un golpe puntual, no fue de KO. Pero en todo el campeonato los árbitros fueron muy rigurosos. Si hubiera sido una pelea neoprofesional no hubieran cortado la pelea. De todos modos estoy muy contento, porque ha sido una gran experiencia. El campeonato es un buen escaparate, conoces mucha gente y hasta te puedes llevar alguna sorpresa: ¡a mí me animaron los andaluces!

Jon levanta los brazos para celebrar la victoria en una reciente velada celebrada en el Frontón Bizkaia de Bilbao

Y ya ha decidido dedicarse a esto.

Si.

Una decisión meditada y difícil, supongo.

No tanto. Aunque pueda parecer una decisión rara, en casa me apoyan y yo estoy dispuesto a sacrificarme.

Y lo hace. Entrena mañana y tarde…

Es la única forma de llegar a algún sitio en el boxeo.

En el último año pasado. ¿En qué diría que ha mejorado?

En todo. Antes era más impetuoso y ahora mido más las cosas. Estoy más asentado en el ring y pego más fuerte que hace un año.

¿Qué le queda por pulir?

Aún tengo el cuerpo por hacer, pero ya noto cambios. Ahora me cuesta menos hacer cosas que antes no podía hacer.

Y además lo hace bonito…

Bueno, tengo una forma de boxear que no se ve en el gimnasio. Cada uno tiene su estilo, y parece que el mío no se parece al de otros.

Ya ha disputado dos combates como neoprofesional. ¿No le asustan los cuatro asaltos?

Al contrario. Me siento más cómodo boxeando en neo que en olímpico. Con un asalto más no tienes tanta prisa y puedes pensar mejor las cosas.

(TEXTO Y FOTOS DE Iñaki Mendizabal)

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