Kerman Lejarraga, el futuro en un puño
|El pegador de Morga disputará a Chimo Eddine la final del All Star Boxing en la velada de boxeo del 1 de febrero en el Frontón Bizkaia de Bilbao
Son 69 kilos de hueso y fibra, 20 años y más de 50 combates de boxeo en los nudillos extremadamente nudosos, pelados y cubiertos de postillas. Kerman Lejarraga quiere ser boxeador profesional. “Ganar la final del All Star Boxing para neoprofesionales el 1 de febrero en Bilbao, preparar el Campeonato de Bizkaia… y dar el salto” desgrana Lejarraga.
Su objetivo es no dejar solo como profesional del boxeo en Bizkaia a su compañero de gimnasio: Andoni Gago. El de Morga se encuadra en el peso welter mientras que el de Otxarkoaga desarrolla su carrera profesional, de momento invicto, en el peso ligero.
Devoción por el entrenamiento y por Mathysse
Es difícil ver a Kerman haciendo algo que no sea entrenar. O descansar para entrenar. O cuidar su peso para entrenar. O ducharse después de entrenar. Eso explica que su boxeador preferido sea el argentino Lucas Mathysse. Y no por su dureza, por su agresividad o la precisión de sus manos. No. “Me encanta porque Mathysse se sacrifica muchísimo entrenando”. Ahora precisamente Mathysse está concentrado en Junín (Argentina), con su equipo y su perro. Nadie más. La predilección por Mathysse hace que, a pesar de los grandes peleas que se han celebrado en 2012 en el escenario del boxeo profesional mundial, para Lejarraga la mejor sea el Mathysse – Zorrita Soto de junio pasado.
“Revolver” o “Marrazo” (Tiburón, en euskera) son algunos de los apodos que han acompañado a este púgil en el que se concentran muchas de las expectativas de los aficionados al boxeo del territorio. Sus seguidores, ruidosos y en buen número, jamás faltan cuando sube al ring. Al final del combate Lejarraga siempre les señala con el dedo, dedicando la victoria a quienes han coreado su nombre sin descanso. La explicación de que el de Morga guste al público la explica él mismo: “Me defino como un boxeador pegador y fajador”. Siempre en la distancia. Siempre con el brazo engatillado. Aunque tiene claro que cuando suena el gong “no tienes que creer que eres capaz de pensar: debes pensar”.
Chimo, un rival al que respeta
Ha subido al ring con la nariz fisurada o con un tobillo dañado. No le importa. “El boxeo me gusta. Y para gustos están los colores”. Así de sencillo.
Kerman Lejarraga respeta mucho a su oponente en la final del All Star Boxing del próximo 1 de febrero en el Frontón Bizkaia. “Chimo es un boxeador muy técnico y valiente. Pero se qué tengo que hacer para ganarle”.
Después de esta final y del campeonato de Bizkaia aguarda el profesionalismo. Y el saco sigue recibiendo golpes de los pelados nudillos del de Morga.