Ugaitz Cascales, campeón de Euskadi del peso ligero en 2011 y 2012: “El boxeo para mi es una forma de vida”

El basauritarra Ugaitz Cascales quiere saltar al boxeo profesional. (Foto: Iñaki Mendizabal)

“He trabajado de todo, en oficinas, de mecánico, electricista, en una fábrica. Me gustan las fábricas”, dice Ugaitz Cascales Navalón, basauritarra de 26 años. “Pero mi ilusión es dar el salto al boxeo profesional. Creo que puedo dar la talla en el peso superpluma, incluso en el pluma”. Tras la frontera de los 57.152 gramos se encuentra el reino de Iván Ruiz Morote y Juli Giner, pero eso no asusta al de Basauri. Ni le preocupa haber empezado relativamente tarde a moverse entre las 16 cuerdas. “Mi primer entrenamiento fue con 21 años y no debuté hasta los 23”, explica.

Sin embargo es evidente que Ugaitz posee talento para el boxeo y que no le amilanan ni el sacrificio ni los retos. Lo dice su palmarés. Campeón de Bizkaia y de Euskadi en 2011 y 2012, en 20 fue seleccionado para el prestigioso torneo “Futuros campeones” de Marca TV y Rude Boys. Acumula 35 combates con 27 victorias. Piensa que “muchos grandes boxeadores empezaron tarde y lograron grandes cosas. Por ejemplo Maravilla Martínez. O, aquí, más cerca, Andoni Gago”.

Ugaitz Cascales, entrenando junto al profesional Juan Alberto Martín

La importancia de su hermana

Se define a sí mismo como un luchador que “va a la guerra y mete mucho ritmo”. Lo puede atestiguar los asistentes a la reciente velada en el Polideportivo Judimendi de Vitoria-Gateiz. Cascales se impuso al barcelonés Víctor Villanueva en una pelea que levantó grandes aplausos de las gradas.

De niño, Cascales jugó a pelota a mano un par de años y luego se decantó por el kárate. “Pero desde los 12 años no hice nada más. Me acuerdo que me cogió mi hermana y me dijo: Ugaitz, haz deporte, que estás empezando a ponerte en demasiados kilos. Y me llevó a boxear. Me enamoré y aquí seguimos. Ahora, para mí, el boxeo es una forma de vida”.

El consejo de la hermana funcionó. El púgil mide 1,72 y compite en el límite de los 60 kilos. Cualquiera que ignorara su objetivo de incluirse en el ranking del pluma diría que está afilado.

Afirma que “los entrenamientos son muchos más duros que los combates: tener que despertarte pronto, salir a correr, comer poco, seguir entrenando para dar el peso… Es mucho más duro el entrenamiento que la pelea. Todo es vital a la hora de combatir, pero yo creo ante todo lo sicológico y el físico”.

Reclama más atención de los medios de comunicación y las televisiones hacia el boxeo. “Necesitamos su apoyo”. Se reconoce admirador del gran Oscar de la Hoya “un boxeador especial”.

En su próximo combate espera “dar espectáculo, salir a hacer un buen trabajo. Y la victoria, por supuesto”.

Será en el Polideportivo de Txurdinaga, Bilbao, el 28 de diciembre.

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