Zuriñe Franco, de la saga Celaya, trae a sus 10 años dos medallas a Vitoria-Gasteiz del I Campeonato Nacional de Formas de Boxeo Olímpico
La pequeña Zuriñe es hija de Oscar Franco Celaya, campeón de España amateur del peso gallo en 1996 y con más de 120 combates en su haber.
Hace unos días se celebró en Valladolid el I Campeonato Nacional de Formas de Boxeo Olímpico. El objetivo era testar el estado de la cantera boxística. Y, a juzgar por los resultados, el futuro del boxeo femenino en Araba y Euskadi será brillante. La pequeña gasteiztarra Zuriñe Franco Losada obtuvo sendos bronces en las metodologías de sombra y saco en la categoría benjamín, es decir, deportistas nacidos en 2004 y 2005. La boxeadora vitoriana solo quedó fuera del medallero fue en la metodología de comba, siendo la única chica que obtuvo metal en su edad. Todo un éxito.
Zuriñe forma parte de una prolija saga de deportistas vinculados a al ring. Su padre, Oscar Franco Celaya,disputó más de 120 combates como boxeador amateur, ganando el Campeonato de España del peso gallo en 1996. La prima de su padre, Zuriñe Celaya, fue campeona de España, bronce en el campeonato de Europa e integrante de la selección española. El marido de Zuriñe Celaya, Andoni Alonso, es boxeador profesional y ha disputado este mismo año el campeonato de España del peso ligero. Iñaki Celaya y David Fernández de Arroyabe Celaya fueron boxeadores amateurs, Aitor Celaya debutó como profesional. Y José Luis Celaya, ex boxeador, se mantiene en activo como preparador, manager y promotor de boxeo, siendo uno de los dinamizadores del pugilismo vasco en los últimos años. Campeones estatales e internacionales han trabajado y siguen trabajando siguiendo las instrucciones de Celaya.
«No se si Zuriñe llegará a tanto», explica un ufano Oscar Franco. «Habrá que engañar a su madre si la niña quiere competir. A mi me vale con que tenga ilusión por entrenar y hacer deporte. Con eso es suficiente, lo demás lo tiene que decir ella», añade un padre orgulloso.
La pequeña medallista exhibe un estilo inmejorable. No resulta extraño. Tuvo unos guantes antes de que empezará a andar y juega con la comba y un puching y le pide a su padre que le sujete el saco. Se siente cómoda en el gimnasio. En su mirada se adivina que vendrán más medallas.
